Resentimiento

Me gustó verte
escupir el champán,
mancharte la corbata
con un pedazo de pizza,
toser
hasta ponerte rojo.
Sentí alivio
por tu humanidad
(y la mía)
cuando vi
cómo te entraban las balas
de la realidad.

Quién será humano
(apenas humano)
si no ha sentido
intensa
la hostilidad del entorno,
la fuerza centrífuga
de la exclusión.
El miedo
a dejar de ser.
La risa interrumpida,
que presiente
la larga sombra
del pesar.

Deja un comentario